Observar la estructura social de la jirafa es bastante interesante y es algo que usted debería hacer si tiene la oportunidad. Las hembras en general se reúnen en pequeñas manadas con alrededor de 10 a 12 miembros. Pocas veces habrá machos en ese grupo, a menos que todavía estén bajo el cuidado de sus madres. Estas formarán grupos llamados “viveros” para turnarse en el cuidado de las crías y buscar qué comer.
También hay rebaños muy grandes cuando en la zona hay bastante alimentación.
Los machos jóvenes con edad suficiente para cuidarse a sí mismos formarán manadas de solteros en las que juegan entre sí e interactúan para averiguar quién es el más fuerte y por lo tanto el dominante en el grupo. Se involucran en batallas llamadas “estricción” que duran un par de minutos y de la que nadie saldrá herido de gravedad.
Los machos maduros dejarán esa manada y en general pasarán el resto de sus vidas solos, excepto cuando es el momento de apareamiento. Un macho adulto muy fuerte tendrá el privilegio de aparearse con toda una manada de jirafas. Este es un tipo de hábito de socialización que ocurre a menudo dentro de un ambiente de grupo donde el macho es dominante. Es muy raro cuando el macho llega para el apareamiento y luego se va.
La mayoría de las jirafas no son territoriales. Los varones sí lo serán cuando quieren aparearse, con el fin de mantener a otros machos lejos. También pueden llegar a serlo cuando haya menos comida y tengan que luchar para mantener a sus rebaños juntos.
En cautiverio los machos y hembras comparten las mismas áreas, aunque tratan de mantener distancia en su mayor parte. Si bien son tolerantes el uno con el otro, pueden luchar por sus pertenencias como lo harían en la naturaleza. Se ha observado tanto en el medio silvestre como en cautiverio que su estructura social les permite cambiar y adaptarse a medida que lo necesitan.
Cuando el alimento escasea es común que los grupos más grandes se rompan para poder viajar por su cuenta. Esto ayuda a asegurar que las fuentes de alimentos en un área no se agoten completamente.
No se vinculan tanto sentimentalmente como otras especies de animales que pasan muchos años juntos. Algunos expertos creen que esto les ayuda a adaptarse y sobrevivir en la naturaleza y que la transición a la cautividad sea menos estresante. La independencia absoluta de estos animales es muy interesante y algo que se necesita evaluar más.